Las vacaciones de Navidad son muy intensas a nivel emocional puesto que durante estos días vivimos reencuentros con familiares queridos y amigos a los que vemos con mayor o menor frecuencia a lo largo del año. Son unas vacaciones de reuniones, encuentros y planes sociales que hacen prácticamente imposible el descanso. De hecho, algunas personas que son especialmente tímidas también sufren durante estos días al tener que poner en práctica las habilidades sociales de una forma tan latente en unos pocos días.
Con el año nuevo también llega el momento de volver al trabajo y retomar el rumbo de la rutina. La adaptación a la rutina se alcanza tras varios días, sin embargo, siempre es aconsejable que durante los últimos días de vacaciones vayamos adaptando poco a poco nuestros horarios a las horas habituales de los días de trabajo. Por ejemplo, debemos comenzar a acostarnos antes para poder madrugar por la mañana.
Del mismo modo, también conviene planificar algunos de los detalles de la vuelta al trabajo para poder recuperar la ilusión. Incluso, debemos pensar en los aspectos positivos que nos aporta la vuelta a la oficina, por ejemplo, el reencuentro con los compañeros. Pero con el año nuevo también es esencial volver a la oficina con una actitud diferente y más positiva, pensando en los proyectos positivos que están por cumplir y en las metas que alcanzaremos a lo largo de estos doce meses de trabajo.
Imagen: La Servilleta de Paco Prieto
