El hijo del millonario más mediático está de visita en España, y ayer ofreció una conferencia de prensa en Madrid, donde vertió algunos conceptos muy interesantes, alejados de la tendencia alarmista actual, y del concepto que mucho podrían tener de “un hijo de papá”.
En busca de socios para sendos proyectos de “cinco estrellas” en Madrid y Barcelona, Donald Trump hijo alabo el espíritu del sector español: “Los constructores españoles no sólo se han limitado a España. Son menos nacionalistas, por decirlo así, que el resto de constructores europeos. Los promotores de este país tienen gran presencia en el mundo (…). El mercado inmobiliario español se ha desarrollado mejor que en el resto de Europa.”
Reconoce una ralentización de sus negocios debido a la debacle estadounidense, pero está lejos de la preocupación: “A pesar de la crisis hipotecaria en EEUU en cinco meses hemos sido capaces de cerrar y financiar tres proyectos más. Somos los únicos que vendemos al estar operando en la parte alta de la sociedad”. Si bien reconoce que el grueso de sus clientes no se ve afectado por la crisis crediticia.
¿La depreciación del dólar? Se declara lejos del temor, aunque aún ve lejana una recuperación (en lo que difiere con su padre). Cree, sin embargo, que un mayor gasto en la inversión redunda, también, en mayores beneficios.
