
Y luego dicen que el cine es caro
La molestia que produce escuchar el ruido de quienes van al cine a algo más que a ver la película aprovechando la ocasión para comer palomitas tiene una justificación científicamente probada: se venden para compensar el bajo precio de las entradas y además su precio es caro. La venta de estos «accesorios» suponen, sin embargo, únicamente el 20% de los