Una empresa es una entidad viva que nace en un momento concreto. De hecho, como dato esperanzador, las estadísticas muestran que jóvenes emprendedores deciden crear su primera empresa y muchos de ellos consiguen triunfar en tiempos de crisis. De este modo, una empresa también sufre un proceso de crecimiento o expansión en caso de que sea fructífera.
Durante el último año, algunas empresas han cerrado sus puertas como consecuencia de la imposibilidad de pagar a sus empleados. Es decir, igual que cualquier otro ser vivo una empresa como creación también muere por falta de interés, productividad, rendimiento u otros motivos.
Lo cierto es que los años de vida de una empresa definen también el grado de implicación de los jefes y empleados en un proyecto en concreto. Cualquier empresa más allá de su éxito ha tenido que hacer frente a momentos de dificultad y a problemas que sólo pueden resolverse a lo largo del tiempo.
Hoy día, muchos comercios pequeños cierran sus puertas en las grandes ciudades como consecuencia del impacto que producen las grandes superficies. Sin embargo, el trato humano en muchas ocasiones es más cercano y eficaz en una tienda tradicional y pequeña situada en el barrio.
Sin duda, en la actualidad, la creación de nuevas empresas también es esencial para poder luchar contra el paro mediante la formación de nuevos puestos de trabajo. Pero para ello, dichas empresas deben tener una larga vida.
Imagen: Diario Locutor
